domingo, 30 de junio de 2013

San Pedro y San Pablo

Cuanto a mí, a punto estoy de derramarme en libación, siendo ya inminente el tiempo de mi partida. He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe. Ya me está preparada la corona de la justicia, que me otorgará aquel día el Señor, justo Juez, y no sólo a mí, sino a todos los que aman su venida.
(...)
El Señor me asistió y me dio fuerzas para que por mí fuese cumplida la predicación y todas las naciones la oigan. Así fui librado de la boca del león. El Señor me librará de todo mal y me guardará para su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (2Tim 4,6-8.17-18).

Ayer en la clerecía resonaban las lecturas de la solemnidad de San Pedro y San Pablo de una forma diferente: en el contexto de una boda. Fijándome en el sacerdote, mayor, desgastado, con audífono... me surgían algunas preguntas. Luego releyendo la 2ª lectura, de 2 Tim., pude hacérmelas más al detalle:

¿He combatido bien el buen combate? ¿Cómo está siendo la carrera de mi vida? Cuando termine, ¿podré decir mirando al cielo "he corrido bien esta carrera"? ¿Cómo estoy guardando la fe? ¿Fría porque la tengo guardada en un tapper en la nevera? ¿Escondida en un cofre en mi habitación? ¿Expuesta en una custodia y procesionándola por la calle para enseñarla a todo el mundo? ¿Llevándola como un anillo de bodas, que quien pueda pueda verla pero de cerca y desde la sencillez?

¿Reconozco la mano del Señor que me va asistiendo en mi camino, me va mimando, me va dando fuerzas...? Porque Él quiere que también por mí sea cumplida la predicación y todas las naciones la oigan... ¿Confío día a día en que el Señor me está librando y me librará de todo mal, porque quiere que llegue a su reino celestial? ¿Qué pongo yo de mi parte?

Finalmente, ¿cómo doy gloria a Dios? ¿con mi palabra? ¿con mi pensamiento? ¿con toda mi vida? ¿o bien "me quedo yo la gloria para mí"?

Lo malo de enfrentarse con un texto de la Escritura es que siempre te cuestiona, te encara, para que des una respuesta. ¿No será eso precisamente lo bueno? ¡Porque la Escritura para nosotros es Palabra, LA PALABRA! Y encima lo que más le gusta es dialogar con nosotros, el trato de amistad.

Recordando al sacerdote que os decía, recuerdo que cuando entré en la sacristía y le ayudé a colocar toda la ropa litúrgica en su sitio, me dijo con profunda humildad: "perdóname por haberte molestado tanto". "¡¿Molestado?! - contesté - ¡pero si no me ha molestado en nada! ¡Tan sólo quería tener bien cuidada y preparada la celebración...!"

Con el cariño y amor con el que la gente prepara las cosas a veces puede entreverse cómo ha sido (o está siendo) su carrera. Y si no, sólo hay que recordar el cuento de la liebre y la tortuga...

miércoles, 19 de junio de 2013

Superheroes y vida cristiana

Este verano se estrenan Man of Steel (Superman), Lobezno Inmortal, etc. etc. Muchas pelis sobre superheroes. ¿Qué tienen todos en común?

Para ver con subtítulos:
Comenzar a ver el video, pinchar en CC y luego en Spanish (Spain)


¿Qué tienen todos ellos que decirnos a nosotros? Recomiendo encarecidamente este análisis apostólico: